La publicación de una serie de 12 caricaturas de Mahoma en
un diario danés el pasado septiembre ha desembocado en protestas
masivas, ataques a embajadas y boicot a productos de este y otros
países europeos en varios países de Oriente Medio. Al
mismo tiempo, musulmanes residentes en toda Europa se han manifestado
para expresar su molestia por la publicación de estas imágenes,
consideradas como una falta de respeto al islam. Lo primero que puede
sorprendernos es cómo un suceso local ocurrido hace más
de cuatro meses puede alcanzar efectos tan graves y globales. Aunque
la pregunta que deberíamos hacernos es ¿quién
se beneficia de esta polémica, que en el fondo no sirve más
que para poner de relieve las supuestas diferencias entre "nosotros"
y los "otros"?
¿Hacia
el fin anunciado de la herencia de las luces?
Por Marieme Lucas Helias (WLUML)
4 de febrero de 2006
Resumen
de los hechos:
30 de septiembre de 2005: el diario conservador danés Jullands-Posten
publica 12 caricaturas del profeta Mahoma; ello ha provocado peticiones
de disculpas, amenazas de muerte y manifestaciones en Copenhague.
20 de octubre: varias embajadas de países musulmanes protestan
oficialmente.
29 de diciembre: La Liga Árabe protesta.
21 de enero de 2006: La Unión Internacional de los Ulemas en
El Cairo llama al boicot de los productos daneses y noruegos, pues
un magazín noruego, ante la marea mediática, acaba de
publicar en enero las caricaturas; el 1 de febrero, por las mismas
razones, otros periódicos europeos las publican.
En efecto, a pesar de las ‘disculpas’ y ‘pesares’
expresados por los periódicos incriminados y las declaraciones
ambiguas de los gobiernos danés y noruego que buscan nadar
y guardar la ropa, los países árabes reclaman ahora
sanciones, llaman a sus embajadores, finalmente estallan disturbios,
se queman embajadas de países incriminados en Oriente Medio
y finalmente cualquier ciudadano oriundo de países donde se
publicaron estas caricaturas es diana potencial para los integristas.
Lo que me
parece más preocupante en este rocambolesco asunto de las caricaturas
danesas, es que las fuerzas políticas presentes en Europa van
menguando:
- por un lado los integristas musulmanes, es decir una fuerza de extrema
derecha disfrazada de movimiento religioso, que aprovechan cualquier
ocasión para presentarse como víctimas del Occidente
ateo y para avanzar sus peones en una Europa dispuesta a todos los
compromisos para preservar la paz social.
- del otro, la extrema derecha europea racista que no espera más
que un nuevo desbordamiento por parte de aquellos para obtener finalmente
el derecho a machacar a la población inmigrante originaria
de países musulmanes, que no es culpable.
¿Dónde
está la izquierda?, ¿dónde están las fuerzas
progresistas? Están sumidas en las dudas e indecisiones precisamente
por causa del racismo, del pasado colonial y de las discriminaciones
que sufre la población inmigrante originaria de países
musulmanes. Ha abandonado su lugar. Ya no distingue entre musulmanes,
inmigrados e integristas, sirviendo de este modo los intereses de
las dos extrema-derechas en presencia. Ya no tiene análisis
que proponer.
Pues, ¿qué
pasa de hecho? Han visto las famosas caricaturas? No son especialmente
buenas pero sobre todo son particularmente sosas. A parte de la que
pone una bomba en el turbante de Mahoma, y confunde así musulmanes
e integristas terroristas, no hacen daño ni a una mosca.
Recordemos un instante caricaturas contra la iglesia católica
por ejemplo, contra el Vaticano que se publican de forma permanente
en Francia, mil veces más divertidas, crueles y malévolas
que estos tristes dibujos... Imaginen un segundo que los millones
de católicos del mundo entero, y no solo un puñado de
iluminados como ya ha ocurrido, hubieran quemado embajadas y amenazado
la vida de todo ciudadano de la misma nacionalidad que los editores
de los periódicos que hubiesen publicado estos dibujos...
Gritarían “¡Loco!”, tendrían razón...
pero entonces ¿cómo es que no se grita “loco”
cuando son unos integristas musulmanes que hacen esto? ¿Dónde
chirría esto, para que la izquierda pierda su sentido crítico
y deje la exclusiva de la reacción a la extrema derecha racista?
Ciertamente
la izquierda no aprueba los “excesos” de los integristas
y otros locos de Dios pero, veamos, en el fondo hay que matizar...
no ofendamos, no blasfememos,... Sí, aquí está
la palabra que se pronuncia constantemente en las televisiones francesas,
por las bocas más políticamente diversas: ¡“blasfemia”¡
¿Desde cuándo esta palabra pertenece al vocabulario
de la República laica francesa? Hay que creer en Dios para
blasfemar... Y una no es islamófoba por la única razón
de no imponerse las restricciones diversas que los creyentes se imponen
a si mismos. Recordemos la controversia sobre el velo en la escuela
(es decir para las menores de dieciseis años en el interior
de los locales escolares exclusivamente), recordemos igualmente la
exigencia de piscinas separadas para los hombres y las mujeres, la
exigencia de servicios médicos enteramente femeninos en los
hospitales públicos, la exigencia no solamente de que no se
sirva carne de cerdo en los comedores escolares, sino también
de que toda la carne que se sirva en ellos sea hallal, la petición
de modificación de programa escolar para las niñas:
sin clases de deporte, de biología, de música, de dibujo,
etc. – ¿de dibujo, decíamos? Pues sí: si
para los integristas musulmanes la representación humana está
prohibida, será necesario que el resto de la humanidad deje
de dibujar, sino es que es islamófoba y que no respeta las
creencias de los demás...
Es desde
hace décadas ya la táctica de los integristas: si no
piensan, no actúan como nosotros, no obedecen a nuestros imposiciones,
no es porque ustedes se oponen a una forma de fascismo, es porque
están en contra del Islam puesto que el Islam somos nosotros.
Es el discurso que han sostenido en Argelia, es decir frente a otros
musulmanes que consideraban como kofr y asesinaban por esta razón.
Es también el discurso que sostienen en Europa. Y funciona....
¡consiguen intimidar a tanta gente con este razonamiento cojo!
Ahora bien
lo que vemos llegar progresivamente en Europa y en Francia, mayormente
bajo la dirección de los integristas musulmanes, es la imposición
de identidades religiosas y el respeto forzado de maneras de ser y
de pensar especificas de una religión. Así los integristas
musulmanes ganan terreno en Francia, puesto que no tienen nadie enfrente,
a la izquierda, que fije los límites de su libertad en relación
a la de los demás; los únicos que levantan la voz son
los musulmanes progresistas y los ciudadanos agnósticos y ateos
originarios de países musulmanes – que saben perfectamente
lo que tienen que perder en este aumento del integrismo en Europa
-, pero no interesan a los medios.
Pues desgraciadamente, los únicos a quien los medios dan la
palabra son los integristas – como si los únicos verdaderos
musulmanes a sus ojos, fueran los integristas, como si un musulmán
debiera ser un integrista para ser un verdadero musulmán. ¿Racismo
inconsciente?
Pero la
verdad es que en la actualidad, ni Voltaire, ni Montesquieu se publicarían
en Francia: los editores no asumirían este riesgo. Y si un
pequeño editor valiente se atreviera, sería objeto de
una fatua... ¿Habría alguien para defenderle? Probablemente
no: le dirían que ha provocado a “los musulmanes”,
que no respeta las creencias y la cultura de los demás. Recordemos
que la obra de Voltaire ha sido retirada de los programas en Ginebra
bajo la presión de los integristas musulmanes que la consideraban
blasfema y ofensiva. Esto no ha levantado ningún clamor.
Vamos, está
claro, hacia una profunda modificación de los valores en Europa.
Recibimos ya índices significativos cuando la Unión
Europea consideró mencionar al cristianismo como valor común
de los europeos en la Constitución, y luego cuando se habló
de criminalizar la blasfemia en las leyes europeas. En los dos casos,
los representantes de la Francia laica se opusieron. Pero vemos cada
vez más sus dudas y su debilidad, incluso en el momento de
la controversia sobre el velo en la escuela, frente al aumento del
integrismo musulmán. Se les ve dispuestos a aceptar compromisos,
en nombre del respeto a las culturas y las religiones, en nombre del
anti-racismo, en nombre de la libertad de expresión, etc...
Las fuerzas
progresistas tienen una inmensa responsabilidad en este asunto, han
adoptado el discurso apolítico de los derechos humanos, que
sirvió con eficacia los intereses de la fracción fascista
de los llamados “musulmanes” y favoreció la representación
exclusiva de toda una comunidad por una alianza que va de los conservadores
a los fascistas barbudos.
La izquierda europea ha incumplido gravemente, desde el asunto Rushdie
– y a los Estados europeos les ha faltado claridad política,
y especialmente a Dinamarca que desde hace décadas ha extendido
su benevolencia a los asesinos del FIS y del GIA que encontraron en
ese país un remanso de paz y constituyeron una retaguardia
desde donde preparaban y financiaban, entre otros, los atentados cometidos
en Argelia. Recoge ahora los frutos de su ceguera.
Si un bien
pudiera salir de un mal, esperemos que el grotesco asunto de las caricaturas
del Profeta, lejos de llevar a ciertos Estados a disculparse ante
los musulmanes del mundo entero – que recordémoslo, no
les piden nada, son los integristas que lo piden – plantee por
fin la pregunta en términos políticos: los Estados europeos,
las fuerzas progresistas europeas, dejarán que los integristas
sigan hablando en nombre de todos los “musulmanes” (es
decir, para ellos: creyentes y no creyentes originarios de países
musulmanes), o darán por fin a las fuerzas progresistas originarios
de países musulmanes el lugar de interlocutores que merecen?
Con su ayuda, plantearán por fin las preguntas sociales urgentes
que deben resolverse, para que dejen de servir de pretexto y de justificación
al adoctrinamiento religioso integrista de una juventud que tiene
sed de reconocimiento social, de mezcla social, de trabajo, de integración
en Europa.
Traducción
del francés: Yolanda Rouiller, Mujeres de Negro
Y
además...
El
choque de caricaturas
por Aleksandro Palomo Garrido (El Grano de Arena), 13 de febrero de
2006
"La polémica por las caricaturas de Mahoma reproducidas
en medios de prensa daneses se ha transformado en lo que muchos
complacientemente han denominado como una muestra del choque de culturas
que protagoniza el proceso de globalización actualmente existente."
Organizaciones
sociales temen que el conflicto de las caricaturas sirva a fines xenófobos
La Red Euromediterránea
de Derechos Humanos ha denunciado en un comunicado la tentación
que podrían tener los regímenes o grupos radicales del
Norte y del Sur para instrumentalizar el sentimiento exacerbado de
la población con el objetivo de erigir barreras o de fomentar
la discordia entre los pueblos de la región. Por eso, la REDMH
se niega a calificar la situación actual de "conflicto
entre culturas".
La
doble ignorancia del Islam y la libertad
Por Soheib Bencheikh, director del Instituto Superior
de las Ciencias Islámicas (ISSI)
"A consecuencia de la publicación de unas caricaturas
con respecto a la persona del Profeta, por razones probablemente malintencionadas,
la reacción de ciertos musulmanes se sitúa más
allá del surrealismo."
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