Carnicería en el monasterio, por Jasmina Tesanovic


Ohrid, Macedonia 31 de Agosto de 2006

Otra vez 13 horas de viaje, en autobús, a Macedonia esta vez, al lago Ohri, Struga.
30 mujeres de negro y un conductor de autobús joven, es su primer viaje, es cuidadoso y eso también está bien, porque salva varias vidas de conductores temerarios en el estrecho camino montañoso donde las multas por exceso de velocidad son mayores que las de Los Ángeles, lo que no impide conducir rápido a la gente local de este país roto.
Paramos varias veces, para hacer un pis, para fumar, para una cerveza, para una rakija… no tenemos dinero local, dinares, pero tenemos billetes de un dólar. Una cerveza un dólar, un pis un dólar, la primera es barata, el segundo increíblemente caro para semejante paraje natural sin gente.
Después de cruzar la frontera serbia hacia Macedonia, inesperadamente estamos en otra frontera, nuestro conductor cogió el cruce equivocado en este viaje sin indicaciones ni señales: salvo alguna ocasional, en cirílico. Solía ser mi país, todavía está en mi corazón, en el último momento recordé coger el pasaporte y mi corazón todavía salta ante la belleza de estas montañas y arbustos. Esta naturaleza me recuerda a Colorado, aunque no haya nada tan verde como esto. Mi siempre escéptico amigo americano dice, es bonito pero los he visto mejores.
Bueno, el lago Ohri le asombra incluso a él. Dice que es ridículamente bonito, más que una postal, porque las hierbas se balancean con el viento y las olas escalan la orilla hasta nuestra habitación.
Hay un monasterio ortodoxo al lado de nuestro hotel en el lago. Una placa dice, en 1942 tuvo lugar aquí una reunión comunista ilegal, la estrella roja todavía está allí y los monjes están orgullosos de su historia y hacen un brandy excelente. Mi amigo americano me pide que se lo explique. No tengo explicación. Los comunistas no eran religiosos, los monjes no eran comunistas, pero nadie es perfecto. Especialmente en la historia de los Balcanes.
Un joven sale del convento con un cordero debajo del brazo. Tiernamente coge a la criatura de Dios por las orejas, el animal le mira con confianza, el joven saca un pequeño y afilado cuchillo de cocina y con un hábil movimiento le corta la garganta de un lado al otro. Preveo la escena y me doy la vuelta. Estoy temblando, mi amigo americano cita a W. Gibson, matad y comed, tendremos un suculento cordero para cenar.
No soy vegetariana, no soy políticamente correcta pero soy serbia. Pienso en la historia reciente, leí sobre cómo un vecino serbio quería salvar la vida de una niña albanesa de 8 años hecha prisionera por los paramilitares serbios en Kosovo. Y cómo el soldado, mirando fijamente sus ojos suplicando por la vida de la niña, la degolló con un hábil gesto. Y cómo el testigo, hasta el mismo día de hoy, no puede olvidar esa mirada en los ojos del asesino, de distante indiferencia. Lo hizo sin más. Y ni siquiera tuvo una cena después.

La primera reunión de nuestra red de mujeres de Kosovo y Serbia ha acabado, lloramos… 60 de nosotras, una catarsis. Milos, el icono gay de Serbia, abrió el evento diciendo, no había nacido cuando la represión de albaneses por serbios empezó en Kosovo, pero os pido perdón…
- Aunque mi hermano fue asesinado en esa guerra, ahora puedo hablarlo aquí con vosotras, dice una activista albanesa de la red de mujeres de Kosovo al empezar la sesión.
La mujer embarazada no puede hablar, una albanesa rubia: mi hija nacerá en un mundo mejor, gime…
¿Por qué lloramos tanto? ¿el calor? ¿la culpa? Por el amor de Dios, Jasmina, tú eres sólo una escriba, tu visión se nubla, las palabras van por delante de tu cerebro…
- Nunca pensé que pudiese llorar frente a personas serbias, dice una activista que trabaja con víctimas albanas de la guerra.
- Tengo 18 años, soy de Serbia, se cometieron crímenes en mi nombre antes de que yo naciera, pero digo PERDÓN
Nos abrazamos y vestimos con unas camisetas negras diseñadas por una famosa diseñadora de Serbia como trabajo voluntario.
Todas somos voluntarias aquí, aunque UNIFEM esté presente como organización observadora, somos una marca de guerra, un doloroso cuerpo de memoria, y culpa y catarsis, una marca también entre mujeres de Israel y Palestina, traidoras a la marca de nuestra nación, que cuando nos exporta vale oro, grupos serbios e israelíes candidatos al Premio Nóbel, pero en casa, odiadas e ignoradas…

Una activista albanesa mayor dice, sólo ahora no me avergüenzo de decir que soy feminista..
Qué más/ su grupo se llama Antígona. Una traidora moral a sus propios guerreros y guerras patriarcales avant la lettre.
Una dice, no tengo palabras, sólo me siento bien
Sí, fue bien, y el sentimiento era estupendo, ahora trabajaremos juntas y haremos que nuestros hombres y gobiernos se sientan estúpidos y pequeños por no conseguir hacer lo mismo desde el fin de los tiempos, quizás hasta avergonzados.
Una mujer dice, quizás ahora tenga el coraje de leer mi diario de guerra, después de leer los vuestros de Serbia sobre la guerra de Kosovo en 1999 y veros escribir de nuevo febrilmente.
Necesito una cerveza para parar de llorar, pero no puedo parar de escribir, Stasa está dando su discurso radical, siempre desleal, llorando…
- Nunca dejaremos de llorar me dice durante un descanso
- Pero nunca lloraremos por nosotras, afirmo
Somos mujeres de regiones de piedra…
Slavica está diciendo, PERDÓN por aquellos que nunca nacerán… es una culpa histórica… es una definición femenina de genocidio, supongo
Es una reunión histórica, no necesitamos un Altisaari, un oficial de la ONU, …

El dolor de las víctimas está junto al peso de la culpa
Nos libraremos de los criminales pero el crimen estará con nosotras hasta que lo tratemos
La palabra enclave es algo que UNMIK (Misión de las Naciones Unidas en Kosovo) inventó, de otro modo nos llamaríamos por los nombre de nuestras ciudades
No queremos que estén separados, ¿cómo podemos pararlo?
Trabajo regional en red en todos los asuntos, para construir una sociedad civil
Las mujeres tenemos que hacerlo, una gran responsabilidad
Explicar a la gente joven, sin ideología que NO HABÍA CAUSAS NOBLES en el lado serbio

Y el último día, en el taller sobre estado y seguridad, nosotras, las mujeres de negro serbias, de buena gana acordamos que Kosovo debería ser independiente de Serbia, como la red albanesa de mujeres desea. Las últimas palabras de mi madre suenan en mi cabeza: no llevas bragas y estás dando lo que ni siquiera has ganado
Rada, la activista serbia de Kosovo, una alta traidora a los nacionalistas dice: me lincharán cuando esto se haga público
Buena suerte amigas albanesas, nos gustaría separarnos de nuestro estado también… nosotras, mujeres de Serbia persistiremos: siempre desleales al estado del crimen
Mientras bailamos la danza del vientre al modo albanés, turco, serbio, croata, Igo en el suelo con un vaso de vino encima de su cabeza,* proclama oficialmente:
¿Para qué necesitamos una revolución si no podemos bailar?

Jasmina's Blog
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Traducción del inglés: Zazu Baigorri, Zaragoza