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Hamas y nosotros
1 de febrero del 2006
1) ¿A quién culpar?
Escuchando las reacciones de los transeúntes en la reciente concentración de Mujeres de Negro en Jerusalén, podría pensarse que ha sido nuestro pacífico pequeño grupo el que ha puesto a Hamas en el poder.
Esta idea procede de los políticos israelíes de derechas, que afirman que Hamas ganó debido a la retirada de Gaza y otros gestos conciliadores, que “recompensan al terrorismo”. Desde luego, Bibi Netanyahu & cia. están encantados con la victoria de Hamas, sobre la cual pueden construir ahora una campaña electoral basada en el miedo y recuperar votantes que últimamente se habían vuelto algo más moderados.
Pero ésta es mi opinión de lo que ha propiciado la victoria de Hamas en las recientes elecciones: la incapacidad de Israel de sentarse a negociar el fin de la ocupación. Esto a menudo se expresa como “el fracaso de Fatah para progresar en la paz”, pero nos llevan a lo mismo: Al-Fatah fracasó porque Israel rechazó ofrecer una recompensa a la moderación, negándose a sentarse y negociar con ellos.
Y ¿qué hay de cierto en el argumento de la corrupción –que votar a Hamas era también un voto contra la corrupción de los políticos de Fatah? Esto puede haber sido importante para algunos votantes, pero ¿desde cuándo la corrupción hace caer a un político? Ciertamente no en Israel, donde la corrupción de Sharon ha sido como un libro abierto, pero perdonada por los que dan apoyo a su política. La corrupción es tolerada cuando hay una alta aprobación en otros aspectos. La corrupción del anterior gobierno palestino hubiera sido pasada por alto si hubieran podido mostrar algún progreso hacia el fin de la ocupación.
2) Cuando los terroristas se convierten en políticos
Recuerdo como estaba de pie en el balcón de mi casa en Jerusalén en una preciosa mañana de mayo de 1997 y como me quedé boquiabierta al oir quien había ganado las elecciones israelíes: Menahem Begin, el que fuera jefe de una organización terrorista judía que mató a 91 civiles en un atentado en el Hotel Rey David en 1946. Y luego fue Begin quien devolvió la Península del Sinaí y negoció la paz con Egipto. En 2001, Israel eligió a Ariel Sharon, responsable de episodios sangrientos en Qibiya, Beirut, Gaza, Sabra y Shatila, y otros más. Y entonces fue Sharon quien devolvió Gaza – de un modo imperfecto, pero que sentó un precedente especialmente importante.
Yo condeno el terrorismo, tanto si es “partidista” o de Estado, y yo nunca hubiera votado por Hamas (ni a Begin ni a Sharon). Pero, ¿quién está mejor posicionado que Hamas para alcanzar un compromiso de paz? Tenemos el reflejo de Israel en las elecciones Palestinas: igual que la derecha israelí (Begin y Sharon) pudieron hacer concesiones más fácilmente que Yitzhak Rabin, que todo el tiempo tenía que enfrentarse a la derecha, del mismo modo puede Hamas movilizar más apoyo para hacer concesiones que el partido más moderado Fatah podría ahora emprender.
3) Sobre el progresivo fundamentalismo
Sí, estoy preocupada por el gobierno de Hamas, principalmente por lo que se refiere a su programa doméstico para Palestina. Estoy preocupada por las mujeres, por los no-musulmanes, por los periodistas, los gays, los artistas y todas esas personas que se benefician de una sociedad abierta. ¿Hasta qué punto aumentará Hamas el papel de la ley Shari’a (musulmana) en la vida civil? ¿O la educación religiosa en las escuelas? Por otra parte, es bien evidente que los palestinos han experimentado la democracia y no tolerarán fácilmente un cierre en su sociedad.
Me anima el estudio sobre la población palestina publicado esta semana, en Al-Hayat-Al-Jadeeda y al que hace referencia el Jerusalem Post: El 84% de los palestinos apoyan un acuerdo de paz con Israel. Si te preguntas si este porcentaje incluye a Hamas, el 75% de los votantes de Hamas son contrarios a los llamamientos en favor de la destrucción de Israel. Hamas sabe que los laicos son una parte importante de su electorado.
4) Y ¿quién se beneficia del fin de la ayuda extranjera?
Hasta ahora los políticos americanos e israelíes han estado abogando por una política que aislara y castigara a los palestinos retirándoles la ayuda financiera. Todo el mundo sabe que esto desestabilizaría la frágil economía, dañaría a los inocentes (pero no a los políticos), y fomentaría la creciente amargura contra el occidente secular. Una alternativa mucho más razonable sería ampliar el apoyo y ver si Hamas lo usa responsablemente. O ¿es que alguien tiene interés en sembrar el caos en los Territorios Palestinos?
Sí, yo también quisiera exigir una renuncia al terrorismo y a la violencia como un paso previo a las negociaciones…. Me gustaría exigírselo a ambas partes. Pero desde un punto de vista realista, esto tiene que ser parte de la negociación.
Gila Svirsky
Coalition of Women for Peace
(Traducción: AMdelMar, MdN, Barcelona)