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El gran muro de la ceguera deliberada
28 de Feberero de 2003
Hace unas pocas noches, me despertó a las 11.00 de la noche el sonido del altavoz de un coche policial. Oà cómo se llamaba a alguien para que saliese a la calle. Me pregunté si algún terrorista se habÃa quedado en el vecindario, tal y como habÃa sucedido más de una vez en otras partes de Israel. Mantuve la luz apagada y fui corriendo para asegurarme de que la puerta de entrada estaba cerrada. Después encendà la radio para oÃr si algo de interés habÃa sucedido en mi vecindario.
Como no escuché nada, volvà a la cama y me acosté de nuevo esperando a que sucediese alguna otra cosa. Después de un rato, pensé en cuantos palestinos completamente normales y respetuosos de la ley, eran despertados en mitad de la noche por los altavoces de los vehÃculos del ejército, se tumbaban en la cama a esperar acontecimientos y terminaban oyendo los ruidos de un vecino al ser arrestado y sacado de casa ... o siendo ellos mismos detenidos. Hace unas pocas semanas, un altavoz llamó a los residentes del pueblo de Beit Lahiya para que saliesen de sus hogares en mitad de la noche y 200 vecinos -incluyendo niños pequeños y dos mujeres que habÃan dado a luz 2 dÃas antes- fueron obligados a pasar horas hacinados en la frÃa noche de invierno hasta que el ejército les dejó volver a sus hogares. Esto no es extraño que suceda en los barrios palestinos, aunque esta información raramente llega a los periódicos de Israel. En mi barrio, lo que estaba sucediendo es que la policÃa buscaba a un niño perdido. En el barrio palestino puede que sea la búsqueda de alguien que está en la "lista de buscados" o simplemente un vulgar hostigamiento.
La vida de los palestinos en los territorios ocupados se ha deteriorado de manera absoluta desde que Sharon llegó al poder, mucho más que bajo cualquier otro primer ministro israelà que le haya precedido. Lo extraño, sin embargo, no es el imperio del terror -esto no es una sorpresa bajo Sharon- sino la indiferencia de los ciudadanos israelÃes ante esta conducta. ¿Cómo es posible que durante dos años y medio de una conducta de creciente crueldad por parte de nuestro ejército, la opinión pública israelà no haya tenido casi nada que decir en relación a los soldados...
... que orinan en ordenadores escolares y defecan en las alfombras de los hogares que han ocupado para su uso;
... que destruyen accidentalmente los hogares de gente inocente porque estaban próximos de los hogares deliberadamente destruidos.
... que impiden que residentes de ciudades enteras salgan de sus casas durante semanas y semanas (sin excepciones -ni para farmacia, diálisis, dar a luz, comprar comida, ir a la escuela o visitar a su madre enferma);
... que causan daños a 27 ambulancias palestinas sin posibilidad de reparación y hieren a 187 miembros del personal sanitario. [www.palestinercs.org]
... que asesinan a gente sin las formalidades de un juicio ni un proceso justo, sin mencionar los disparos temerarios que provocaron la muerte de 126 niños inocentes de 13 años o menores (incluido 19 bebes y niños de 5 años o menores [www.btselem.org].
¿Por qué, intento comprender, los israelÃes se mostran ciegos ante esta brutalidad? ¿Dónde están las expresiones de repulsa de los israelÃes decentes? ¿Por qué los grandes periódicos no informan sobre estas historias que rompen el corazón (y no solamente el periódico Ha'aretz, liberal y de una tirada mucho menor)? ¿Por qué ningún partido polÃtico judÃo criticó al gobierno en las recientes elecciones por su polÃtica de castigo colectivo? ¿Por qué los valientes jóvenes, hombres y mujeres, que se niegan a tomar parte en estos crÃmenes son despreciados por los medios de comunicación, mientras que ni siquiera Peace Now ni el Partido Meretz acuden en su apoyo? ¿Por qué solamente un puñado de personas están dispuestas a aplicar la etiqueta de "crimen de guerra" a estos actos del ejército - actos que merecen esta designación bajo cualquier lectura objetiva de los instrumentos de la ley internacional?
Las causas de la indiferencia:
La falta de indignación y de compasión en Israel es difÃcil de entender. ¿Es un reflejo del hecho de que los israelÃes están desinformados? ¿O están enterados y son indiferentes?
Creo que los israelÃes conocen la verdad. Lo saben porque algunas historias -las más patéticas- salen en los medios de comunicación. Hace un mes, vieron una escena en la televisión israelà en la que un muchacho joven con muletas se veÃa forzado cada dÃa a escalar la tapia embarrada de un puesto de control para llegar a la escuela. Lo saben porque prestan su servicio militar de reserva en los territorios - o lo hacen sus familiares y amigos - y algunos incluso fanfarronean sobre las malas mañas que vieron o llevaron a cabo. Lo saben porque algunos ven la CNN, la BBC u otros medios de comunicación extranjeros, incluso cuando rechazan estos informes como anti-israelÃes o anti-semitas. Pero hay bastantes historias que llegan hasta los israelÃes para que ellos sepan lo que están sucediendo, para que entiendan la brutal realidad. Por lo tanto la pregunta es ¿Por qué hay indiferencia? A continuación se aportan tres razones, aunque estoy segura de que hay más:
Primero, los medios de comunicación tienen parte de la culpa. Aunque se informa de hechos y cifras, los medios no cumplen el deber de transmitir el sufrimiento humano que hay tras las polÃticas de puño de hierro. El periodista Gideon Levy señala [Ha'aretz, 2 feb. 03] que cuando 15 palestinos fueron asesinados en Gaza en un dÃa empapado en sangre la semana pasada (19 febrero) los periódicos israelÃes estaban repletos con la historia de las granadas Qassan que dieron en Sderot, hiriendo a una persona.La periodista Amira Hass habla de la "rutina de la calamidad" (Ha'aretz, 26 de Febrero de 2003) en Palestina como una espiral de desastres, lo que creo que ha convertido en rutina también la información sobre ellos y nuestra respuesta. Cuando 25 hogares fueron destruidos en Gaza el mes pasado, dejando a 200 palestinos sin hogar, ni una sola TV o radio consiguió transmitir la historia de esta gente con algo que se aproximase a la compasión.
Segundo, la violencia palestina contra los civiles israelÃes suministra la tapadera para que los israelÃes nos centremos en nuestra propia pena y temor y enmarquemos el sufrimiento de los palestinos como algo secundario o un subproducto de nuestra "guerra contra el terrorismo". Además, transeúntes inocentes también han sido asesinados en nuestro lado, haciendo aún más difÃcil para los israelÃes el sentir compasión por los que parece que apoyan los ataques. Sin embargo el balance completamente desequilibrado de poder y sufrimiento no ha penetrado en la conciencia del población israelà en su conjunto. La violencia por ambas partes es reprensible pero la mayorÃa de los israelÃes se comporta como si solamente nuestro pueblo fuese la vÃctima, mientras que en el otro lado, todos ellos, fuesen autores de los crÃmenes.
Tercero, gran parte de culpa recae sobre nuestros lÃderes polÃticos y rabinos que se dedican a sembrar el miedo y a deshumanizar al otro. El racismo está creciendo a pasos agigantados en Israel, desde el popular rabino Ovadia Yosef que llama a todos los árabes "serpientes", hasta el Presidente Katsav que dijo a un grupo de muchachos en su bar-mitzvah "los palestinos no se comportan como si viniesen del mismo planeta que nosotros". El partido de la Unión Nacional, miembro del nuevo gobierno de Sharon, aboga abiertamente por la limpieza étnica- el "traslado" (transfer), como ellos lo llaman, de todos los árabes de Israel y los territorios. ¿Cabe sorprenderse de que tan pocos presten atención al sufrimiento de los que han sido degradados y deshumanizados? Entretanto nuestros lÃderes militares repiten el mantra de que "Las Fuerzas de Defensa IsraelÃes son el ejército más moral del mundo".
Debe haber muchas más razones para la indiferencia israelÃ. Eitan Felner, el antiguo director de la organización de derechos humanos B'Tselem, se refirió a la conducta de Israel como la tÃpica de un adulto que ha sufrido abusos de niño y como consecuencia se convierte en un adulto abusador, lo mismo que los judÃos que sufrieron abusos en Europa y ahora toman su revancha sobre otros (NY Times ¿fecha?). Muchos israelÃes creen que ellos son titulares de los derechos exclusivos a la categorÃa de "vÃctimas sufridoras", y son incapaces de darse cuenta que han infligido sufrimiento y han convertido en vÃctimas a otros.
¿Posibilidades de cambio?
Pero la cuestión importante es, ¿Cómo podemos penetrar en la insensibilidad de los israelÃes, tanto soldados como civiles, en lo relativo al error de nuestras acciones -moralmente erróneas y estratégicamente estúpidas. Tal y como virtualmente todo el mundo ha reconocido ahora, las polÃticas brutales sólo crean más amargura y deseos de venganza. ¿Cómo podemos llevar el mensaje a los israelÃes de que el gobierno está socavando nuestra seguridad en los territorios con cada acto de humillación y crueldad? ¿Cómo podemos convencer a los israelÃes de que estamos comportándonos de alguna manera como los perseguidores de los judÃos se han comportado desde tiempo inmemorial?
Los activistas de paz y de derechos humanos israelÃes se han devanado los sesos pensando en cómo lograr esto. Los hombres y mujeres jóvenes que se niegan a prestar servicio en el ejército han hecho más que lo que les corresponde para que seamos conscientes de la crueldad de los actos del ejército, pero como resultado de esto se enfrentan a un tribunal militar y la prisión. Liderados por la organización New Profile, varios activistas de paz llevarán a cabo una concentración en Abril para expresar lo orgullosos que estamos de estos jóvenes.
Ta'ayush y Rabinos por los Derechos Humanos llevan a grupos de israelÃes hasta los territorios ocupados para que vean las espantosas condiciones. Machsom Watch lleva a visitantes a los puestos de control para que observen el rÃgido control que los militares ejercen sobre los palestinos que tratan de utilizar las carreteras. Gush Shalom ha liderado la campaña para colocar la etiqueta de "crimen de guerra" sobre la conducta ilegal del ejército, lo que ha sido recibido con ira por parte de los generales y del Fiscal General. La Coalición de Mujeres por la Paz ha colocado un anuncio en periódicos de lengua árabe, poniendo en conocimiento de los palestinos que algunos israelÃes son conscientes de su sufrimiento, que se preocupan por ellos y tratan de parar este horror. Y una nueva campaña está tomando forma entre una coalición de grupos bajo el lema "No digas que no sabÃas...." en referencia a las alegaciones de ignorancia de los alemanes durante el régimen nazi. Y con todo este esfuerzo, ¿seremos capaces de derribar el Gran Muro de la Ceguera Deliberada? (The Great Wall of Denial)
A cada persona le mueve algo diferente. Lo que me llegó al corazón fue una escena tomada en vÃdeo por B'Tselem, una organización de derechos humanos israelà en los territorios. Mostraba una simple conversación entre un voluntario de B'Tselem sobre el terreno y un hombre palestino bien vestido, que estaba de pie desamparado al lado de su coche aparcado junto a un puesto de control:
- ¿Por qué no lo cruza? pregunta el trabajador de B'Tselem.
- Realmente no lo sé contesta el hombre.
- ¿Qué quiere decir con que no sabe? ¿No está esperando para pasar el puesto de control?
- SÃ, estoy tratando de llegar a Hebron. Pero los soldados me dijeron que esperase aquÃ.
- ¿Desde cuando está esperando?
- Desde las 7 de esta mañana
- ¿Desde las 7 de esta mañana? ¡pero si son las 5 de la tarde! ¿Por qué lo retienen?
- Realmente no lo sé. Estaba pasando y me dijeron que me parase y saliese del coche y esperase a su lado. Realmente no lo sé. Simplemente estoy esperando hasta que me dejen pasar.
Después de una pausa...
- ¿Ha comido algo hoy?
- No, salà de casa pronto y habÃa planeado comer en Hebron...
Su voz empieza a quebrarse y se aparta mientras lucha por no llorar.
Después de una pausa....
- ¿Ha llamado a su familia? ¿Saben ellos donde está?
- SÃ, les he llamado varias veces, la última vez alrededor de las 3 de la tarde pero me he quedado sin baterÃa.
- ¿Quieres utilizar mi teléfono móvil?
- No, no, gracias, les dije a las tres que llegarÃa a casa en un par de horas. Ahora son las 5. No quiero preocuparles"...
Vuelve la cabeza e intenta luchar contra las lágrimas.
Hay una violencia aleatoria, hay arrestos en mitad de la noche y hay incontables maneras de hacer que una persona se sienta impotente, temerosa, sin saber si llegará hoy a casa o si mañana continuará de pie al lado de su coche, esperando que un joven soldado le deje pasar.
No todo el mundo siente indiferencia. Para los que se preocupan, la única respuesta es ser testigos de esta realidad. Compartir la información con otros. Decir la verdad al poder. Y de ese modo romper el circulo de impotencia y desesperanza, y crear un lugar mejor para todos nosotros.
Traducción del inglés: Idoia Elortegui.